Los papás de hoy vivimos con una carga emocional de hacer felices a nuestros hijos sí ó sí. Pensamos que nosotros crecimos con muchas carencias y queremos darles lo mejor, lo que no tuvimos, no nos damos cuenta que quizás gozamos de una gran infancia, no tan material y que es lo que nuestros hijos podrían estar necesitando, Amor y atención.
1 Escúchalo activamente. Míralo a los ojos, que ambos están al mismo nivel, sí te tienes que sentar para estar a su altura hazlo, o si te tienes que parar también, que él o ella se sientan que les estás poniendo atención.
2 Establece relaciones positivas, Si algo no te gusta hablalo directo. Corrige con amor.
3 El tiempo para jugar. Los niños necesitan de tiempo para divertirse. Él argumenta que el juego hace que los niños aprendan y socialicen con más facilidad; con lo cual son más felices.. Eso garantiza un mejor aprendizaje en todas las áreas pertinentes a la educación impartida en el sistema escolar típico.
4 Reconoce sus esfuerzo. Es necesario que los padres reconozcan los esfuerzos de los niños, para que ellos desarrollen seguridad en sí mismos y su autoestima se vea fortalecida, y por lo tanto sean felices.
5 Déjalos tomar sus propias decisiones.Cuando a tu hijo le permites hacer sus propias elecciones, le estás ayudando a desarrollar su capacidad de discernimiento y responsabilidad. No significa que haga lo que quiera y se haga un niño tirano.
6 Relaja tu nivel de protección: No lo sobreprotejas,tu hijo quiere que le cuides y estés al tanto de él, pero sin exagerar al punto de hacerlo pasar vergüenzas o le cohibas de experimentar hasta jugar con tierra en el parque por miedo a que se enferme.
7 No lo compares. Comparar a tu hijo con alguien más genera en él sentimientos de inferioridad e inseguridad que no le dejan desarrollarse a plenitud.
8 Haz que sus recuerdos sean buenos
Para lograrlo procura que no se dé cuenta de los problemas que hay al interior de tu casa o con tu pareja (si es que lo hay). No se trata de engañar a tus hijos, se trata de darles la oportunidad de tener una infancia feliz y lejos de los problemas de los adultos.










