El “amor intermitente” se refiere a una relación de pareja que se caracteriza por rupturas y reconciliaciones repetidas, creando un ciclo inestable y a menudo agotador. Este patrón puede generar conflicto, dependencia emocional y ansiedad, y se basa en un ciclo de “todo o nada”, donde la comunicación y el afecto no son constantes.
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Ciclos de rupturas y reconciliaciones:
Las parejas se separan y vuelven juntas repetidamente, a veces durante meses o años.
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Inestabilidad emocional:
El patrón de idas y venidas crea una dinámica impredecible y poco saludable.
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Patrón de “una de cal y una de arena”:
El afecto y la atención se alternan con indiferencia o frialdad, creando una expectativa emocional que puede generar adicción o dependencia.
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Conflicto y reconciliación:
Estas relaciones a menudo presentan periodos de alto conflicto seguidos por momentos intensos de reconciliación y promesas de cambio que rara vez se cumplen.
Impacto psicológico
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Ansiedad y depresión:
La inestabilidad crónica se asocia con un aumento de los síntomas de ansiedad y depresión.
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Dificultad para tomar decisiones:
La falta de claridad y la inconsistencia emocional dificultan la toma de decisiones acertadas.
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Dependencia emocional:El patrón de refuerzo intermitente (recibir atención “a ratos”) puede llevar a una fuerte dependencia afectiva.La psicoterapeuta Eli Martínez, en artículo de Retos Femeninos asegura que las personas emocionalmente no disponibles no son necesariamente crueles ni malas.“Muchas veces son seres que han aprendido a amar a medias, porque no se sienten capaces de abrir del todo su corazón. Cargan con miedos, heridas o vacíos no resueltos que los mantienen a la defensiva, incapaces de entregarse por completo. Pero eso no los excusa: cuando alguien no está disponible emocionalmente, su falta de presencia afectiva te hace sentir invisible, insuficiente o confundida”.Pero lo cierto es que no importa cuánto amor des: si el otro no está disponible, no sabrá recibirlo.
