No es una tarea fácil, pero tampoco es imposible que los padres encuentren la fórmula para balancear bien una carrera y una familia. Lo primero es aceptar sus propias limitaciones, nadie puede ser súper mamá o súper papá.
Hay muchos padres que se ven obligados a dejar a sus hijos con otros adultos para ir a trabajar.
Esta situación está sucediendo cada vez más frecuente en la actualidad, debido a los grandes cambios económicos y sociales por los que atraviesa nuestra sociedad, por lo tanto no es algo de lo cual los padres deban avergonzarse.
Se ha comprobado que la mayoría de los niños se adaptan bien a las guarderías después de un periodo de transición, que se facilitará si los padres controlan su culpa.
Una forma de sobreponerse a ella es examinar detenidamente la situación de las guarderías y asegurarse que sea un lugar apropiado para sus hijos, otra forma de manejar la culpa que tal vez pueda sentir, es investigar más a fondo con quien dejarán a los niños mientras están trabajando.
Trata de evitar caer en la trampa de la administración y real del tiempo o la de la ola del deseo de ser perfecto.
Foto: Estrategias y Negocios
Los padres necesitan plantear prioridades claras en todas sus actividades, y después aceptar que no serán capaces de lograr todo lo que habían planeado.
Con un poco de práctica es posible lograr que todas las actividades que no se llevaron a cabo se reacomode en la agenda para otro día , sin tener que sentir mal por ello.
Todos tenemos limitaciones, pero lo asombroso es que entre más pronto acepten las personas las suyas, más fáciles parecerá lograr sus metas.
Tal vez esto se deba a que cuando están gastando menos energía en tratar de ser perfectos. Cuando la gente evalúa su energía y su habilidad de forma objetiva y en base a esto organiza sus metas diarias.
Por otro lado, aquellos que son muy estrictos sobre sus metas tienden a ser desdichados a sí mismos y a quienes lo rodean, debido a sus exageradas exigencias por consigo y con nosotros. Generalmente terminan siendo padres autoritarios.
Utilizando creativamente el tiempo juntos
Los padres ocupados, tienen menos horas para lidiar con desacuerdos : una buena manera para administrar adecuadamente el tiempo es aprender cómo manejar los convenios, cada integrante de la familia debe manifestar su punto de vista y después, por medio del diálogo, comprometerse a llegar a un acuerdo.
Al confrontar problemas rápido y eficazmente los padres pueden ahorrar mucho tiempo.
Asimismo, los padres que padecen estrés se olvidan de cuanta creatividad poseen; aunque hay muchos soluciones creativas para los problemas cotidianos por ejemplo los padres pueden hacer que la carga diaria del quehacer doméstico sea como un juegos, asignar una tarea cada persona.
Lo más importante es dejar bien claro en qué consiste cada tarea y quién debe hacerla; con la participación de todos los miembros de la familia coma el trabajo puede terminarse mucho más pronto. Entonces quedarán más horas para la diversión y el esparcimiento personal
Distribuir responsabilidades equitativamente
Para invitar a la unidad familiar y para estimular el desarrollo del sentimiento de seguridad de cada individuo, al proporcionarles la sensación de solidaridad y contribución con su propia familia.
Promover el sentimiento de trabajo en equipo , lo cual se desarrolla hábitos duraderos: cada miembro debe aprender a confiar y depender de los demás admitir y reconocer logros, una de las necesidades básicas del ser humano es ser reconocido por los otros, por lo tanto, el reconocimiento es absolutamente crucial para que los hijos crezcan sintiéndose bien consigo mismo.Esto hace la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Los padres que tienen que dejar a sus hijos solos o con otros adultos durante períodos largos pueden sentirse agobiados. Lo que sucede es que no hay suficiente tiempo para cumplir con las necesidades de los niños y la responsabilidad económica de los padres.
Pero el tiempo puede convertirse en un aliado y no en un enemigo si los padres saben utilizar creativamente: los hijos aprenden a ser felices sin sus padres, siempre y cuando las cosas hayan sido organizadas propiamente.










