Para prepararse emocionalmente , es importante establecer una rutinas y hablar de los sentimientos que esto genera. Es crucial validar las emociones de los niños, tanto de alegría como de ansiedad, y prepararlos gradualmente para el cambio de rutina.
-
Establecer rutinas:
Una semana o dos antes del inicio de clases, comienza a ajustar gradualmente los horarios de sueño, comidas y actividades para facilitar la transición.
-
Fomentar la comunicación:
Habla con tus hijos sobre cómo se sienten, escucha sus preocupaciones y exprésales tu apoyo.
-
Validar las emociones:
Reconoce y valida sus sentimientos, tanto positivos como negativos. No minimices sus emociones, sino que hazles saber que es normal sentirse nervioso o ansioso.
-
Ensayos previos:
Si es posible, visiten la escuela antes del primer día para que puedan familiarizarse con el entorno.
-
Enfocarse en lo positivo:
Habla sobre lo que les emociona del regreso a clases, como ver a sus amigos o aprender cosas nuevas.
-
Practicar técnicas de relajación:
Yoga, ejercicios de respiración o mindfulness pueden ayudar a reducir el estrés.
-
Actividad física:
El ejercicio regular libera endorfinas, lo que puede mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad.
-
Autocuidado:
Prioriza tu propio bienestar emocional, ya que esto te permitirá apoyar mejor a tus hijos.
-
Buscar ayuda profesional:
Si las dificultades emocionales persisten, no dudes en buscar ayuda de un psicólogo o consejero escolar.
-
Refuerzo positivo:
Felicita a tus hijos por sus logros y esfuerzos, y transmíteles confianza.
-
Ambiente positivo:
Crea un ambiente de apoyo y comprensión en casa, donde puedan expresar sus sentimientos sin temor a ser juzgados, según Pinion Education.
-
Comunicación con la escuela:
Mantén una comunicación abierta con los maestros y consejeros escolares para abordar cualquier problema que pueda surgir.