La Güera Rodríguez Cuando la Belleza y la Inteligencia

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1774

La Güera Rodríguez fue una mujer popular por su inteligencia, carácter fuerte y belleza. Una pieza clave en la Independencia de México.  Fue amiga íntima de virreyes, benefactora de Hidalgo, Allende e Iturbide, una  mujer liberal que vivió a contracorriente de las normas morales de su tiempo.

Atrapada entre dos mundos, el de la corte virreinal y el de los sueños libertarios, su nombre María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra.

Nació en la Ciudad de México el 20 de noviembre de 1778,  hija del matrimonio entre Antonio Rodríguez de Velasco y María Ignacia Osorio Barba y Bello Pereyra. Tuvo una hermana llamada María Josefa Rodríguez de Velasco.

Es considerada como un personaje emblemático de la Independencia, al mantener una relación amorosa con Agustin de Iturbide quien fue emperador de México e impulsarlo a que llevara a cabo, y completara, la «libertad mexicana».

Así mismo, mantuvo una relación con el libertador Simón Bolivar y con el explorador y naturalista alemán Alexander Von Humboldt.

 En 1792 contrajo matrimonio con el militar José Jerónimo López de Peralta de Villar y Villamanil y Primo, con quien tuvo cuatro hijos.

Pronto María Ignacia se hizo conocida en la sociedad novohispana por su belleza y agudo ingenio. Guillermo Prieto, cronista de la época decía de ella: «La Güera no sólo fue notable por su hermosura, sino por su ingenio y por el lugar que ocupó en la alta sociedad».​

La participación de María Ignacia Rodríguez en la consumación de la Independencia de México ha sido un tema muy polémico. Según algunas fuentes apoyó a Agustin de Iturbide a que llevara a cabo el plan de libertad nacional del pueblo mexicano.

Artemio del Valle Arizpe argumenta «el día 27 de septiembre de 1821, el Ejercito Trigarante hizo en México su vistosa entrada triunfal […] La carrera que iba a seguir el Ejército Libertador sería desde la Tlaxpana por San Cosme , para pasar frente al palacio Virreinal, pero Iturbide desvió la columna por la calle de la Profesa en la que estaba la casa de doña María Ignacia Rodríguez de Velasco, para que presenciara el desfile y lo viese a él muy arrogante al frente de sus tropas invictas».

Esto demostraba la relación entre Agustín y «La Güera», quien influenció, demasiado, la visión política del primer emperador de México. Su trabajo no únicamente estuvo relacionado con la Independencia y el apoyo a los insurgentes, sino también por ser transgresora al deber femenino.