Los cuentos de hadas deberían de empezar a partir de “Y vivieron felices para siempre”, que es justo donde suelen terminar. Vivir en pareja, mantener la pasión, el deseo por estar juntos y por pasarla bien, es bastante complicado y merece invertirle tiempo y ánimo.
La vida en las grandes ciudades compromete la vida sexual de la pareja. Entre las distancias que debe uno recorrer, los tiempos que uno invierte en el trabajo y las actividades que hay alrededor de lo cotidiano, provocan que muchas veces sea prácticamente imposible coincidir en tiempos y ganas cuando se trata de la intimidad sexual. Y cuando coincides, estás tan cansado o cansada que no quieres saber del otro.
La pandemia no ha ayudado a tener espacios de intimidad, al contrario, hemos sido invadidos y obligados a mantener abierta la privacidad a costa de estar todos en los mismos espacios.

Por lo tanto, es indispensable que apliquemos algunas reglas que vale la pena intentar para prevenir distanciamientos que pudieran ser insalvables.
- Si ha pasado cierto tiempo en el que no han podido coincidir, establezcan durante unas semanas (digamos 4 semanas), un día a la semana, con un horario específico, como si fuera una cita, tan formal como cualquier cita con un cliente de trabajo.
- El tiempo destinado es para ustedes solos. En esta ocasión se trata de hablar, de verse a los ojos, de disfrutarse mutuamente. No es un momento para sacar “los trapitos al sol”, sino de ponerse en el estado de ánimo para comunicarse, incluso sin hablar. El momento es de ustedes y de nadie más.
- Encuentren un tema que pueda ser divertido y enriquecedor para ambos. Puede ser tan variado como ustedes quieran, desde hablar de lo cotidiano hasta de un tema que esté de moda o que sea trascendente compartir.
- Respetemos los espacios de silencio. Algunas veces decimos más al no decir nada, que llenando los espacios con una plática.
- Hablemos de cuando nos conocimos, de las cosas que nos gustan de la otra persona que está frente a nosotros.
- Dejemos el celular a un lado, y si es posible, apagado por al menos media hora. También acostumbremos a los demás a que podemos tener un espacio para nosotros. Es nuestro derecho.
Este tiempo invertido en nuestra pareja y en nosotros mismos puede reforzar la razón por la que nos disfrutamos y por qué construimos un nido con quien amamos.
Dra Ana María Ocaña Castañeda
Aocana58@yahoo.com










